sábado, 15 de mayo de 2010

un (otro) espartano más

él nació en una casa espartana,
almorzaba metal y cuero cuando llegaba de la escuela,
después de tener que entablar sus pequeñas guerras,
unas veces llegaba con los ojos oscuros y adoloridos...

por las tardes vestía de blanco en la academia de pequeños guerreros,
aunque nunca gustó de pelear... era como un juego...
sin embargo, "en esparta o peleas o mueres", decían sus padres
y practicaban delante él la prédica familiar...
padre y madre armados y vestidos para la guerra,
la guerra doméstica, aprendida generación tras generación.
siempre estuvo convencido que eran los procedimientos habituales,
el vio a sus abuelos y tios, grandes guerreros todos,
entrenar entre sí, practicar diariamente las helénicas relaciones de amor y odio...

llegó su momento, era la antesala a su madurez,
tomó las armas familiares, su experiencia infantil,
no las tomó porque así lo quisiese, sino porque así lo creyó conveniente (o mejor, no quedaban muchas opciones para aquél destinado a la guerra)...
inició su camino de devastación, junto fuerzas con sus amigos,
libó vino y blandió su espada en grandes epopeyas callejeras,
aún siendo niño -casi todos lo eran- peleaba como un guerrero,
peleó en la calle, peleó en su casa, peleó con sus padres, peleó con su familia...
sin embargo, una diferencia siempre notó... en su corazón siempre estuvo la dicotomia espartana amor-odio... aunque él sólo percibió oprobio...
había aprendido tanto que superó con creces a sus ancestros
padre y madre estuvieron de acuerdo en que éste se les había escapado de sus manos.

esparta desapareció pero el espíritu guerrero y sus portadores infinitos y eternos escaparon de la destrucción.
cada guerrero tomó su camino... pero a éste, a éste le tocó caminar mucho más,
a él nunca le advirtieron del fin de la guerra
con su espada en mano y su peto metálico dominó y saqueó naciones
puso a temblar a culpables e inocentes

¿ganó? ¿perdió?
ganó y perdió

¿reflexionó?...

en su piel hay cicatrices, en sus ojos una edad indefinida, en sus cabellos quedan marcas de viejos lances... y en su corazón... ¿qué hay en el corazón de un guerrero de obligación?... y en su espíritu... ¿qué queda en su espíritu?

atrás, allá atrás están los campos donde"pastan los buitres"... campos apestosos a muerte, guerras y falsas pretensiones... atrás no hay nada que buscar, esparta sucumbió... adelante, enfrente, está Ítaca... ¿el fin de las guerras?

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