miércoles, 21 de julio de 2010

Onírico


Cambiar como voltear una lámina de cristal de la ventana de romanillas cuando se ha roto una esquina, cambiar para crear, para vivir, para gozar de nuevo de la vida que no veía. Viajar y ver, ver y comparar -los horarios, los soles, las calles, las pieles... en ese trajín ensuciar la ropa, andar así, con ese descuido y siempre recordar que los trapos sucios se lavan en casa, que aunque no haya lavadora quedarán mejor si los lavas tu. No depender de nadie pero tampoco de tí mismo... o mejor de tu mismo, sí, de tu mismo deseo, de tu misma pulsión... Cambiar rápidamente, como si para ello fuese necesario tomar jugo de tamarindo... Mudar, mudar de piel, de cabellos, mudar de casa en casa en casa en casa... solo, acompañado... Mudar de compañía, mudar de soledad... Trocar afectos, sentimientos, sueños; trocar nuevamente para que todo quede igual; pero nada queda igual... Voltear la mesa sobrecargada de cosas viejas, llenas de polvo, llena de polvos... Vaciar el vaso, derramar esa cerveza caliente... Extraer del hatillo los objetos acumulados, regalarlos, entregarselos a quienes les pertenecen, seguir acumulando, no parar nunca... seguir mutando, así pierdas (es que nunca pierdes), como en sueños.

domingo, 4 de julio de 2010

ALGUNAS CITAS DEL PEQUEÑO LIBRO DEL EROTISMO

Citas de citas... no son, sin embargo, las primeras citas (que siempre son ciegas), las citas después de abrir los ojos (todas aquellas en situación postmorten... tu, si, tu sabes a que me refiero), las citas con el psicoanalista, las citación a declarar... no, en este caso, son citas de un libro de citas que tratan sobre el erotismo... pequeñas verdades que incomodan a los optimistas, entristecen a los ilusos y despiertan a los muertos:

Es más fácil luchar contra el placer que contra el enojo.
Aristóteles

Pero si uso de este placer con tanta prudencia y circunspección ya no sería un placer para mí.
Félix Lope de Vega

Mía porque unos años atrás, cuando no sabía que el lenguaje universal para entenderse con las mujeres es el de los sordomudos, yo la deseé y ella supo que yo la deseaba.
Juan Carlos Onetti

La delicia de la vida en tres cosas consiste: en comer carne, en montar sobre carne y en hacer entrar carne en la carne.
Las mil y una noches

Es fácil demostrar que el valor que la mente establece en las necesidades eróticas se hunde instantáneamente tan pronto como la satisfacción llega a ser fácilmente obtenida. Se necesita algún obstáculo para mantener la marea de la libido a su máxima altura.
Sigmund Freud

Hay muchas razones para creer que las sensaciones dolorosas, al igual que otras sensaciones desagradables, se vierten a la sexualidad y producen un estado placentero por el cual el sujeto estaría dispuesto aun a experimentar el displacer del dolor.
Sigmund Freud