domingo, 30 de mayo de 2010

Conto

Uma historia comum.

O José Pérez nasceu no ano 1970, o dia da independência da República, o 19 de abril. Filho do Juan “El Musiú” Pérez e da Carmen del Coromoto Molina, o José viveu junto a sua família parte de sua infância na cidade de Maracaibo ao ocidente do país.

O Juan foi um filho duns imigrantes espanhóis que escaparam da ESPANTOSA-DITADURA-DO-CRIMINOSO-FRANCO. Foram campesinos da Andaluzia e por tanto, pessoas muito humildes que não sabiam nem sequer ler nem escrever; eles foram militantes do Partido Comunista Espanhol e grandes lutadores sociais. Mas quando eles chegaram à Venezuela, encontraram-se um país completamente agrário que apenas estava descobrindo sua riqueza petroleira. Trabalhadores da terra como foram, tentaram formar uma fazenda com as pessoas do campo, mas estas não compreenderam a mensagem porque o boom petroleiro estava começando, junto ao fato de que a terra era duns poços proprietários, gente de muito avoengo, oligarcas que se meteram entre as filas de quem lutaram pela independência.

O Juan deixo sua família e mudou-se para o estado Zulia, onde desemvolvia-se o mundo de petróleo.

Lá, tento uma e mil vezes encontrar um trabalho nas companhias que trabalhavam (e cá entre nos, que também roubavam) o petróleo, mas o pobre Juan nunca tivera êxito porque não estava de acordo com o sistema sindical.

Numa tarde do ano 1969, o Juan saía dum bar chamado “El Canapial”, no centro de Lagunillas, quando viu a Carmen del Coromoto passando pela estrada de em frente e ficou doido, apaxionou-se da primeira vista. Num curto tempo eles chegaram a estabelecer uma relação amorosa da qual cuasi num ano depois surgiu o José.

A pressão econômica não tivera piedade dos jovens pais que não encontravam trabalho formal. A Carmen ficava na casa cuidando a criança em tanto o Juan trabalhava limpando vidros dos carros nas esquinas e semáforos. A situação tornou-se insuportável, o Juan ficava desesperado, cada noite chagava a casa bêbado e dava carícias daquelas que pintam o rosto á pobre Carmen.

Separaram-se. A Carmen foi-se a casa de seus pais com o pequeno José, que acabou de crescer com seus avós. Como a Carmen e o Juan nunca se casaram não tiveram de se divorciar.

Poços anos depois, o Juan foi morto pela polícia, quando tentava roubar um banco para reunir dinheiro para a luta armada contra a tirania, (o Juan sempre tivera idéias políticas produto de sua educação familiar).

Hoje José esta crescendo, tens 12 anos e vive com sua mãe no bairro Guarataro da cidade de Caracas... Vai ser seu destino ser um lutador como sua família ou vai ser um malandro criminoso alienado? Vai ir para a universidade? Estas são algumas perguntas que fazen-se muitas pessoas neste país porque esta historia é uma historia comum.

Algum dia de novembro de 2006

martes, 18 de mayo de 2010

Lecciones conductivistas

"Las personas actúan para mejorar el mundo y progresar hacia mejores formas de vida por buenas razones, y entre esas razones podemos contar ciertas consecuencias de su conducta, y entre esas consecuencias está todo aquello que las personas valoran y califican como bueno.

(...)

Las cosas son buenas (positivamente reforzantes) o malas (negativamente reforzantes) probablemente a causa de las contingencias de supervivencia bajo las que la especie ha evolucionado (...) Es tambien importante la susceptibilidad ante reforzantes negativos; aquellos que más profundamente han sido reforzados, al escapar o evitar condiciones potencialmente peligrosas, gozan ventajas obvias.


Lo que una persona siente al comportarse en bien de los demás, depende de los reforzadores utilizados. Los sentimientos son subrpoductos de las contingencias y no arrojan nueva luz con respecto a la distinción entre lo público y lo privado. No decimos que los simples reforzadores biologicos son eficaces por causa del egoismo, y no deberiamos atribuir la conducta en bien de los demas a amor al projimo. Al trabajar en bien de otros, una persona puede hacerlo por amor o por miedo, por lealtad o por obligación, o por cualquier otra condicion originada por las contingencias responsables de esa conducta. Una persona no actua en bien de otros por causa de un sentimiento de pertenencia, ni rehusa actuar por causa de sentimientos de alienacion. Su conducta depende del control ejercido por el ambiente social.

(...)

No decimos que una persona hace lo que 'deberia hacer' al conducir un coche debido a algun sentido intenso de justicia. Sin embargo, apelaremos muy probablemente a alguna virtud innata para llegar a explicar por qué una persona se comporta bien con respecto a sus semejantes, aunque en realidad actúa así no porque sus semejantes le hayan provisto de un sentido de responsabilidad u obligacion, o de lealtad y respeto por los demas, sino porque se han preparado contingencias sociales eficaces. Las conductas clasificadas como buenas o malas, y correctas o incorrectas, no los son a causa de la bondad o la maldad, o de un buen o mal caracter, o de un conocimiento de lo que es correcto o incorrecto; se deben a contingencias que implican una gran variedad de reforzadores verbales generalizados de '¡Bien!', '¡Mal!', '¡Correcto!', '¡Incorrecto!'.

(...)


Cuando el control ejercido por otras personas es de esta forma eludido o destruido, solamente quedan entonces los reforzadores personales. El individuo atiende a la satisfacción inmediata, posiblemente mediante la adicción a las dorgas o a actividades sexuales. Si no tiene que esforzarse mucho para encontrar el alimento, un techo que le cobije y una seguridad, generará poca conducta. Y su condición es entonces descrita diciendo que sufre una carencia de valores. Como puso de manifiesto Maslow, esta falta de valores es 'descrita en formas varias, como anomia, amoralidad, ahedonismo, desraizamiento, vaciedad, desesperanza, carencia de alggo en lo que creer o a lo que dedicarse con fervor'. Todos estos términos parecen aludir a sentimientos o estados mentales, pero lo que en realidad echamos de menos en situaciones como las aquí descritas es la presencia de reforzadores eficaces. La anomia y la amoralidad se refieren a la falta de los reforzadores pensados para inducir a las personas a observar ciertas reglas. El ahedonismo, el desraizamiento, la vaciedad y la desesperanza apuntan a la ausencia de reforzadores de toda clase. El 'algo en que creer y a lo que dedicarse con fervor' puede detectarse en las contingencias planeadas para inducir a las personas a comportarse 'en bien de los demás'.

La distinción entre sentimientos y contingencias resulta particularmente importante cuando hay que adoptar una acción práctica. Si el individuo efectivamente sufre de algún estado interno que denominamos 'carencia de valores', entonces sólo podemos solucionar el problema cambiando este estado -por ejemplo, 'reactivando la fuerza moral', ' estimulando el poder moral', o bien 'fortaleciendo las convicciones morales o el compromiso espiritual'-. Sin embargo, lo que debemos alterar son las contingencias, tanto si las consideramos responsables de esa conducta defectuosa, como de esos sentimientos que se asegura explican la conducta.

(...)

El proceso de condicionamiento operante presumiblemente evolucionó cuando aquellos organismos que quedaron más sensiblemente afectados por las consecuencias de su conducta, fueron más capaces de adaptarse al ambiente y sobrevivir. Solamente las consecuencias bastante inmediatas pudieron ser eficaces. Una razón para que así fuera tiene relación con las 'causas finales'. La conducta no puede quedar realmente afectada por nada que la siga, pero si una 'consecuencia' es inmediata, puede coincidir en parte con la conducta. Una segunda razon se refiere a la relacion funcional entre la conducta y sus consecuencias. Las contingencias de supervivencia no pudieron generar un proceso de condicionamiento que tuviera en cuenta cómo la conducta producia sus consecuencias. La unica relacion util fue temporal: pudo desarrollarse un proceso en el cual un reforzador fortaleció cualquier conducta a la siguiera. Pero el proceso tenia importancia solamente si era capaz de fortalecer conducta que efectivamente produjera resultados. De aqui la importancia del hecho de que cualquier cambio que siga estrechamente a una respuesta resulte muy probablemente haber sido producido por ella..."


B.F. Skinner.
"Más allá de la libertad y la dignidad".
Valores

sábado, 15 de mayo de 2010

un (otro) espartano más

él nació en una casa espartana,
almorzaba metal y cuero cuando llegaba de la escuela,
después de tener que entablar sus pequeñas guerras,
unas veces llegaba con los ojos oscuros y adoloridos...

por las tardes vestía de blanco en la academia de pequeños guerreros,
aunque nunca gustó de pelear... era como un juego...
sin embargo, "en esparta o peleas o mueres", decían sus padres
y practicaban delante él la prédica familiar...
padre y madre armados y vestidos para la guerra,
la guerra doméstica, aprendida generación tras generación.
siempre estuvo convencido que eran los procedimientos habituales,
el vio a sus abuelos y tios, grandes guerreros todos,
entrenar entre sí, practicar diariamente las helénicas relaciones de amor y odio...

llegó su momento, era la antesala a su madurez,
tomó las armas familiares, su experiencia infantil,
no las tomó porque así lo quisiese, sino porque así lo creyó conveniente (o mejor, no quedaban muchas opciones para aquél destinado a la guerra)...
inició su camino de devastación, junto fuerzas con sus amigos,
libó vino y blandió su espada en grandes epopeyas callejeras,
aún siendo niño -casi todos lo eran- peleaba como un guerrero,
peleó en la calle, peleó en su casa, peleó con sus padres, peleó con su familia...
sin embargo, una diferencia siempre notó... en su corazón siempre estuvo la dicotomia espartana amor-odio... aunque él sólo percibió oprobio...
había aprendido tanto que superó con creces a sus ancestros
padre y madre estuvieron de acuerdo en que éste se les había escapado de sus manos.

esparta desapareció pero el espíritu guerrero y sus portadores infinitos y eternos escaparon de la destrucción.
cada guerrero tomó su camino... pero a éste, a éste le tocó caminar mucho más,
a él nunca le advirtieron del fin de la guerra
con su espada en mano y su peto metálico dominó y saqueó naciones
puso a temblar a culpables e inocentes

¿ganó? ¿perdió?
ganó y perdió

¿reflexionó?...

en su piel hay cicatrices, en sus ojos una edad indefinida, en sus cabellos quedan marcas de viejos lances... y en su corazón... ¿qué hay en el corazón de un guerrero de obligación?... y en su espíritu... ¿qué queda en su espíritu?

atrás, allá atrás están los campos donde"pastan los buitres"... campos apestosos a muerte, guerras y falsas pretensiones... atrás no hay nada que buscar, esparta sucumbió... adelante, enfrente, está Ítaca... ¿el fin de las guerras?

lunes, 10 de mayo de 2010


Y regresaste
y abriste la caja con besos, caricias y mimos...
Tuviste que bajar algunas veces mas,
repetiste la acción cual algoritmo,
ensuciaste tus vestidos... te los ensució
decidiste que había sido suficiente... suficiente?
te fuiste, te llevaste los mimos, las caricias y los besos,
tuviste que hacerlo, aunque no lo quisiste, tuviste que...

Ayer lo vi a él... buscando conchas de mar, esos spondyluss que te quitaste,
lo vi buscando esas huellas que dejaste en la orilla del mar,
andaba desorientado, tenía nieve en sus ojos,
tiene una banda de zamuros brincando a su espalda...
transfiguración de parcas....
Ayer lo vi... todos los días lo veo.

Que qué me ha dicho?
Nada... tan sólo me preguntó por aquel mar donde te sumergiste tantas veces...
adonde el quiere ir

domingo, 9 de mayo de 2010

Control

"Se asegura a veces que los niños no están preparados para el ejercicio de la libertad y el autodominio hasta que tienen uso de razón, y que mientras esto sucede deberán ser conservados en ambiente seguro, o bien ser castigados. Si el castigo puede ser pospuesto hasta que esos niños lleguen al uso de razón, en tal caso es probable que pueda evitarse por completo. Pero esto significa simplemente que los ambientes seguros y el castigo son las únicas medidas a mano hasta que el niño quede expuesto a las contingencias que le proporcionen otras razones para comportarse bien. Las contingencias apropiadas, con frecuencia no pueden ser preparadas para los pueblos primitivos, y se manifiesta la misma confusión entre el control visible y el interno cuando se asegura que los pueblos primitivos no están preparados para el uso de la libertad. Para lo que no estén preparados, en todo caso, quizá sea simplemente para un tipo de control que exige una peculiar historia de contingencias"

B. F. Skinner
Más allá de la libertad y la dignidad.

lunes, 3 de mayo de 2010

La respuesta tardía.

-Sobre todo temo que puedas sentir nostalgia de otras parejas anteriores-. Imagina cuánto podrán temer las parejas posteriores.

domingo, 2 de mayo de 2010

Los Heraldos Negros


Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!

César Vallejo